Piensa en la siguiente escena: estás paseando tranquilamente por un punto turístico cuando de repente, ves una persona con una ¿super-hiper-mega máquina fotográfica¿, tomándose fotos junto con su familia. ¿Por casualidad está persona no tenía apariencia de asiática?
Cuando hablamos de cultura japonesa, la tecnología es parte fundamental de la conversación, ya sea debido a las últimas novedades que salieron en el mercado (por supuesto que son vendidas primeramente por aquellos lados), robots que imitan el rostro humano u otras informaciones que circulan en el mundo sobre las nuevas tecnologías que aparecen por allí.
Cuando hablamos de cultura japonesa, la tecnología es parte fundamental de la conversación, ya sea debido a las últimas novedades que salieron en el mercado (por supuesto que son vendidas primeramente por aquellos lados), robots que imitan el rostro humano u otras informaciones que circulan en el mundo sobre las nuevas tecnologías que aparecen por allí.
Para quitarle el mito a las principales ideas que se tienen sobre Japón y su tecnología utilizada diariamente por sus habitantes, Bajakí conversó con un grupo que ya vivió (y aún vive) en la tierra del sol naciente y que nos cuenta con detalles que las cosas no son exactamente como imaginamos.
Un robot en cada esquina
La primera conversación que ya pierde puntos es aquella en la que los robots están en todos lados, realizando la recepción en grandes corporaciones o abriendo puertas en hoteles y shoppings.
Olvídate de esa idea. Según nuestros entrevistados Diogo y Michele Tsuneta, que viven en una pequeña ciudad japonesa los robots solo se encuentran en exposiciones. Por lo tanto, no creas que si viajas a esas tierras serás recibido en cualquier lugar por un robot muy cortes, o podrás ver peleas de robots de películas de ciencia ficción en medio de la calle, te comentamos que eso no sucederá.
Internet discada nunca más
Si los robots no satisfacen nuestras expectativas, internet es otro asunto. En Japón, la velocidad de la banda ancha de fibra óptica para un usuario común llega a 200 MB, lo que es excelente si pensamos que por estas latitudes se paga una un valor considerable por 1 MB de conexión.
Sin embargo, lo que más se utiliza para acceder la web son los smartphones. Janaina Tazoniero, que vivió en Chiba (ciudad metropolitana de Tokio) en 2009, comenta que el laptop era utilizado apenas para accesos rápidos, conectado por apenas pocas horas. Eso se debe a que a pesar de que la conexión a internet es rápida, la energía eléctrica es cara, o sea, no se puede gastar en vano.
En relación a los puntos Wi-Fi de las ciudades, la gran mayoría se encuentra en restaurantes, redes de fast food o cafés, como sucede por aquí. Y claro, la gran mayoría no es abierta a todos, siendo necesario que el usuario tenga una contraseña para acceder a cualquier contenido.
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