Un estudio divulgado recientemente en Estados Unidos garantiza que los resultados de la sustancia ante la enfermedad son mejores y más rápidamente alcanzados.
La ketamina, un anestésico empleado entre niños y animales, pero también clasificada como narcótico, trataría la depresión mejor y más rápidamente que la mayoría de los antidepresivos, afirma un trabajo estadounidense publicado este jueves.
Investigadores de la Universidad de Yale (Connecticut, noreste de Estados Unidos), que administraron a ratas una leve dosis de esta sustancia, descubrieron que ésta reducía notoriamente un comportamiento depresivo y restablecía las conexiones entre células del cerebro que estaban dañadas por estrés crónico.
La ketamina "actúa como un medicamento milagroso, una sola dosis tiene efectos que duran siete a 10 días", afirma Ronald Duman, profesor de psiquiatría en Yale y principal autor del estudio publicado en la revista Science.
El estudio parece confirmar trabajos anteriores, como uno efectuado hace 10 años por el Centro de Salud Mental de Connecticut, en el cual se observaron efectos benéficos de pequeñas dosis de esta molécula sobre pacientes muy depresivos.
Tradicionalmente, la ketamina se usa como anestésico para niños porque no es un barbitúrico y afecta menos la respiración. También es muy popular en la medicina veterinaria.
Además es consumida desviadamente en "raves" (fiestas electrónicas), como un ácido llamado "Vitamina K", "Special K" o simplemente "K". En muchos países es clasificada como narcótico, causa alucinaciones y desórdenes mentales y de motricidad.
La ketamina, un anestésico empleado entre niños y animales, pero también clasificada como narcótico, trataría la depresión mejor y más rápidamente que la mayoría de los antidepresivos, afirma un trabajo estadounidense publicado este jueves.
Investigadores de la Universidad de Yale (Connecticut, noreste de Estados Unidos), que administraron a ratas una leve dosis de esta sustancia, descubrieron que ésta reducía notoriamente un comportamiento depresivo y restablecía las conexiones entre células del cerebro que estaban dañadas por estrés crónico.
La ketamina "actúa como un medicamento milagroso, una sola dosis tiene efectos que duran siete a 10 días", afirma Ronald Duman, profesor de psiquiatría en Yale y principal autor del estudio publicado en la revista Science.
El estudio parece confirmar trabajos anteriores, como uno efectuado hace 10 años por el Centro de Salud Mental de Connecticut, en el cual se observaron efectos benéficos de pequeñas dosis de esta molécula sobre pacientes muy depresivos.
Tradicionalmente, la ketamina se usa como anestésico para niños porque no es un barbitúrico y afecta menos la respiración. También es muy popular en la medicina veterinaria.
Además es consumida desviadamente en "raves" (fiestas electrónicas), como un ácido llamado "Vitamina K", "Special K" o simplemente "K". En muchos países es clasificada como narcótico, causa alucinaciones y desórdenes mentales y de motricidad.
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