miércoles, 11 de mayo de 2011

La planta más solitaria del mundo.




 
CONDENADA A DESAPARECER PORQUE NO EXISTEN HEMBRAS DE SU ESPECIE 

Un día de 1895, mientras caminaba por el bosque de Ngoya en Zululandia, Sudáfrica, un botánico llamado John Medley Wood vio un árbol. Se sentó en una pronunciada pendiente del bosque y se fijó en que parecía distinto a los demás, con su ancho tronco y con unas hojas que recuerdan a la de las palmeras.

Desde lejos parecía una, y el Dr. Wood tomó varios tallos y mandó uno a Londres. Esos pequeños tallos fueron puestos en una caja y se fue a la La Casa de la Palmera en el Real Jardín Botánico de Kew. Allí se quedó, sola, durante los siguientes 98 años.

Llamado Encephalartos woodii, en honor al Dr. Wood, es una cícada. Las cícadas son un orden muy antiguo de las plantas y esto convierte a esta, aún en Londres, en uno de los últimos árboles de su tipo del planeta, y la última en crecer en estado salvaje.

Hace doscientos millones de años, las cícadas estaban en todas partes. Los bosques de cícadas iban desde Groenlandia hasta la Antártida. Los pterodáctilos volaban por encima. Los grandes dinosaurios se alimentaban con ellas. Durante el periodo jurásico, pequeñas y rechonchos árboles con apariencia de palmera - las que se ven en el dibujo de John Sibbick - eran parte del 20% de las plantas mundiales. 
 
De alguna manera E. woodii sobrevivió a la catástrofe que terminó con los dinosaurios, vivió 5 eras de hielo diferentes y aprendió a vivir con nuevos árboles más grandes, coníferas, árboles con hojas y después con frutos y flores, reduciendo su número progresivamente hasta quedar solo uno.

El problema es que estos árboles no se pueden fertilizar a sí mismos. Algunas plantas contienen partes masculinas y femeninas en el mismo espécimen. No es el caso del E. woodi. Es, como dicen los botánicos, dioca. Necesita una pareja.

Cuando una cícada está lista para reproducirse, le crece un largo y colorido cono con polen o semillas. La forma de señalar que está preparada es emitiendo calor u olores atrayentes a los polinizadores. Una vez fecundado, el cono es devorado por animales (de dinosaurios y pterosaurios a murciélagos, pájaros...)



¿Pero qué pasa si no encuentra una hembra? El árbol de Londres (y sus clones que crecen actualmente en todos los jardines botánicos del mundo) es un macho. Puede crear polen, pero no puede hacer las semillas. Para ello necesita a una hembra.

Los investigadores han explorado el bosque de Ngoya y otros bosques africanos, buscando un E. woodii que pudiera aparearse con el de Londres. No han encontrado ni un solo espécimen. A menos que exista en algún sitio una hembra, E. wodii nunca se apareará con una de su especie. Puede ser clonado, puede tener una aventura ocasional con una especie cercana, pero el árbol que se encuentra en Londres no puede producir una descendencia real.



Interesante, verdad? Ojala al igual que aparecio este ejemplar, algun dia no muy lejano tambien se halle otro que si pudiera hacer que la especie se mantuviese entre nosotros.

0 comentarios:

Publicar un comentario