El amor es la base para superar la traición y hacer que cicatricen las heridas. Pero hay que asumir que nada volverá a ser como antes. Ni mejor ni peor, diferente. Partiendo de esta premisa, estos consejos podrán ayudarte a reconstruir la relación.
Primero: piensa si quieres seguir con él, no si debes
Tu decisión no debe estar basada en el miedo a quedarte sola, en tus hijos o en la necesidad emocional y económica. Tienes que saber si eres capaz de confiar en él o no. Si lo quieres y se merece una segunda (y última) oportunidad. Y, lo más importante, si él está poniendo de su parte para luchar por algo que realmente merece la pena. Para ello, debes dar un paso hacia atrás y analizar fríamente la situación. Si tienes alguna duda, abandonar es lo mejor.
Segundo: la buena comunicación es algo fundamental
Va a ser la varita mágica que te conducirá en tus decisiones. Sé sincera y cuéntale cómo te sientes, a qué tienes miedo, el por qué de tu reacción, tu desilusión, tu dolor, cuáles son tus necesidades… Eso sí, sin reproches ni sacar trapos sucios que puedan enturbiar las conversaciones. Él también deberá ser sincero contigo, aunque duela. Deberá contarte el por qué ocurrió lo que ocurrió (sin tener que dar detalles escabrosos que hurguen en la herida), deberá demostrar arrepentimiento sincero, sin echar cosas en cara, asumir sus propias responsabilidades. La comunicación ha de ser limpia, clara y madura para evitar malos entendimientos que puedan contaminar en un futuro.
Tercero. Saneamiento mental
No se puede recomenzar algo cuando en la mente aún conviven sentimientos de pena, tristeza, desilusión. Hay que echarlos fuera, exteriorizarlos, sanear la mente. Si se otorga un perdón a medias, basado en la resignación, únicamente conseguirás alimentar un rencor que podrá castigar tu relación en pareja. Es como vendar la herida sin curarla. El tiempo, el esfuerzo y el amor, sobre todo hacia ti misma, serán tus aliados.
Cuarto: borrón y cuenta nueva
No sólo hay que perdonar, también hay que olvidar. No dejes que tu imaginación vuele libremente con mil pensamientos negativos. Piensa en lo que te enamoró de él y todos sus atributos que te vuelven loca. Esta segunda oportunidad ha de salir del corazón de una forma desinteresada. Ya que has decidido quedarte, tienes que aprender a eliminar todos esos resentimientos para poder así recuperar la confianza y, por ende, el equilibrio emocional. Si no, es mejor romper porque el fracaso a corto plazo está asegurado.
Quinto: no estaría mal una ayuda psicológica
Cuando quieres, pero ves que no puedes, la terapia psicológica te puede ayudar. La infidelidad es uno de los motivos más frecuentes de parejas que piden ayuda en las consultas. Mujeres desilusionadas y hombres arrepentidos llegan a la terapia dispuestos a sortear ese trance y reconstruir la relación. Este paso ya es importante para superar la infidelidad, porque en él se asume que algo ha fallado, pero se quiere plantear batalla para luchar por una vida en común que merece la pena. Cuando se consigue superar esta crisis la pareja descubre que no se conocían lo suficiente. Sus nuevos ‘yos’ que les hace mucho más cómplices y les ‘sala’ la relación. Las crisis son oportunidades de superación y hay que aprovecharlas positivamente.
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